martes, 25 de julio de 2017

VOCES Y LATIDOS

FEBRIL OSADÍA

En mi pensamiento loco estás, cual pecado que me arrastra al insomnio
dejando huellas emocionales en mi exaltado proceso sináptico.
Eres quien con su sola presencia me hechiza a buscar el encuentro
para compartir el mucho o poco tiempo que deja la obligación laboral.

Tú, tesoro que encuentro al cerner historias  vividas por ti, vividas por mí,
encuentro de saberes equidistantes, cada quien en su campiña profesional;
mientras tu lógica y manualidad enaltecen tu informática habilidad,
mi fantasía letrada y pasión comunicativa regocijan mi innata sociabilidad.

El tiempo parece ser bondadoso en eternos rostros que expresan jovialidad,
donde hilos de plata se asoman tímidamente para volverlos interesantes.
Es así que hechizas la mirada de este romántico que se angustia ante tu ausencia,
a quien admiras porque se ha entregado cual espuma, como la marea al mar.

Sí, lo sé; hay un halo de interés que anhela el disfrute atrapado por el superyó.
También, lo sé; hay una realidad que apacigua el deseo de cambiar la historia.
Sea cual sea el momento del sentimiento, deja que ese ello salte a la conciencia
para abonar a la magia de esos encuentros que salpican de emoción a la existencia.

Anhelo, como lo canté un día, que veas mis días llegar al fin, como yo a los tuyos,
nada fácil cuando hay extensiones que duplican tu presencia en bendecidas sonrisas,
mas estoy aquí en la espera de ser quien acompañe tu caminar con gloriosos arrullos
para darle mayor sentido a esta sintonía que nació cuando coincidimos con febril osadía.